Mariana es una abogada que trabaja en una firma regional de comercio internacional. Gana el doble que su pareja, un diseñador gráfico freelance. Ambos viven juntos desde hace cuatro años en San José de Costa Rica.
Cada mañana, Mariana se despierta antes que su pareja para ir a la oficina. Él se queda en casa trabajando en sus proyectos. Esta dinámica ha generado una interesante discusión en la pareja sobre quién debe asumir el rol de "proveedor" en el hogar.
Si bien Mariana gana más dinero, su pareja también contribuye de manera significativa a los gastos del hogar con sus ingresos. Además, él se encarga de las tareas domésticas y el cuidado del hogar mientras Mariana está en la oficina.
La situación plantea interrogantes sobre los roles de género y la distribución de responsabilidades en una relación de pareja donde los ingresos no son iguales. ¿Debe el que gana más ser el principal proveedor? ¿O deben compartir las cargas de manera equitativa más allá de quién aporta más dinero?
Mariana y su pareja han tenido conversaciones abiertas sobre este tema, buscando encontrar un equilibrio que les permita sentirse cómodos y valorados en su relación. Coinciden en que lo importante es apoyarse mutuamente y tomar decisiones en conjunto, más allá de quién gane más.
"Al final, lo que importa es que podamos disfrutar de nuestro hogar y de la compañía del otro. No se trata de quién lleva el pan a la casa, sino de construir una vida en pareja de manera equitativa", afirma Mariana.
Este caso refleja cómo los roles de género y la distribución de responsabilidades en el hogar siguen siendo un tema de debate en muchas parejas, incluso cuando hay diferencias salariales. La clave parece estar en la comunicación abierta, la flexibilidad y el compromiso mutuo para encontrar soluciones que satisfagan a ambos.
