La muerte de Rob Reiner y de su esposa Michele Singer Reiner sacudió a Hollywood la semana pasada. Mientras se investigan las perturbadoras circunstancias de sus decesos, también ha entrado en debate qué podría pasar con la fortuna multimillonaria que el cineasta acumuló durante más de cinco décadas. El futuro de la herencia está sobre la mesa, considerando que uno de los hijos del director es el principal sospechoso del homicidio doble.
De acuerdo con estimaciones citadas por Marca y Daily Mail, el patrimonio de Reiner rondaría los 200 millones de dólares al momento de su fallecimiento, una cifra construida a partir de su trabajo como actor, director, guionista y productor, pero también gracias a litigios millonarios y decisiones inmobiliarias altamente rentables.
Rob Reiner comenzó a hacerse conocido en la década de 1970 como Michael "Meathead" Stivic en la serie All in the Family, un papel que lo convirtió en una figura popular de la televisión estadounidense y le valió dos premios Emmy. Sin embargo, fue su transición detrás de cámara la que marcó el verdadero salto económico.
Su debut como director con This Is Spinal Tap (1984) alcanzó estatus de fenómeno cultural y, con el paso de los años, se volvió una fuente sostenida de ingresos. En 2016, el filme fue el eje de una demanda contra Vivendi en 2016, cuando Reiner y otros creadores acusaron al conglomerado de prácticas fraudulentas en la liquidación de regalías. Pese a la popularidad del título, los demandantes afirmaron haber recibido apenas 179 dólares en regalías hasta 2013.
Más allá del éxito de This Is Spinal Tap, Reiner dirigió otras películas icónicas como Stand by Me (1986), The Princess Bride (1987) y When Harry Met Sally... (1989), que le valieron múltiples nominaciones y premios. Su faceta como productor también le reportó jugosos dividendos, con títulos como A Few Good Men (1992) y Sleepless in Seattle (1993).
Además, Reiner invirtió acertadamente en bienes raíces, convirtiéndose en un próspero desarrollador inmobiliario. Según reportes, su portafolio incluía propiedades en Los Ángeles, Nueva York y otras ciudades, que le habrían generado ganancias millonarias.
Ahora, con la muerte del director y su esposa, la atención se centra en el futuro de esa vasta fortuna. Uno de los hijos de Reiner, Michael, ha sido señalado como el principal sospechoso del homicidio, lo que podría complicar el proceso de sucesión. Otros herederos, como sus otros tres hijos y su hermano, también podrían verse involucrados en una potencial disputa legal por la herencia.
Más allá de los detalles legales, la muerte de Rob Reiner y Michele Singer Reiner ha dejado un vacío en la industria cinematográfica, perdiendo a uno de los cineastas más influyentes y respetados de las últimas décadas. Su legado artístico y empresarial seguirá siendo objeto de análisis y admiración en Hollywood y más allá.
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