El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que no descarta la posibilidad de una guerra con Venezuela, tras meses destruyendo embarcaciones supuestamente cargadas con droga cerca del país suramericano.
En una entrevista telefónica con la cadena NBC News, Trump respondió de manera contundente cuando se le preguntó si no descartaba una guerra con Venezuela: "No lo descarto, no". Esta declaración marca un cambio significativo en la postura del mandatario, quien durante su campaña electoral se había pronunciado en contra de la participación de Estados Unidos en conflictos extranjeros, alejándose así de la postura tradicional del Partido Republicano.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela se ha intensificado en los últimos meses, luego de que Trump ordenara el bloqueo de la entrada y salida de Venezuela de todos los petroleros sancionados por Estados Unidos, una semana después de haber incautado un barco cargado con crudo cerca de las costas venezolanas. Estas acciones se enmarcan en la estrategia del gobierno estadounidense de aumentar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, al que acusa de liderar el Cartel de los Soles, algo que Caracas niega.
Según Trump, habrá más incautaciones petroleras y, al ser preguntado por un cronograma, respondió: "Depende. Si son tan insensatos como para seguir navegando, serán llevados a uno de nuestros puertos". El mandatario se negó a confirmar si el objetivo final de su estrategia con Venezuela es derrocar a Maduro, pero afirmó que "él sabe exactamente lo que quiero".
La posibilidad de una guerra entre Estados Unidos y Venezuela ha generado preocupación en la comunidad internacional, especialmente porque para que Estados Unidos pueda declarar la guerra se requiere la autorización del Congreso. El Partido Demócrata insiste en que Trump necesita el aval del Legislativo para los ataques contra las embarcaciones supuestamente cargadas con drogas.
Las declaraciones de Trump suponen un giro radical en su política exterior, alejándose de su discurso de campaña y acercándose a la postura tradicional del Partido Republicano, lo que podría tener graves consecuencias para la región y la estabilidad global.












