El gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua ha dado un nuevo paso en su intento por controlar la educación superior del país. Seis universidades públicas han sido renombradas con los nombres de destacados militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido político que lidera Ortega.
Desde 2018, las autoridades nicarag enses han estado implementando un programa de adoctrinamiento político en las instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas. Esto ha incluido la imposición de símbolos, discursos oficiales y actividades alineadas con la agenda del FSLN.
Ahora, el régimen ha ido más allá al rebautizar seis universidades públicas con nombres de figuras emblemáticas del sandinismo. Entre ellas se encuentran la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, que pasó a llamarse Universidad Rubén Darío; y la Universidad Nacional de Ingeniería, que ahora lleva el nombre de Augusto C. Sandino.
Este movimiento forma parte de los esfuerzos de Ortega por consolidar su control sobre todos los ámbitos de la sociedad nicarag ense. Al imponer estos cambios en las universidades, el gobierno busca asegurar que la educación superior esté alineada con la ideología y los intereses del partido en el poder.
Los analistas señalan que esta medida es un claro intento de adoctrinar a la juventud y limitar el espacio para el pensamiento crítico y la libre expresión en las aulas. Muchos temen que esta uniformidad ideológica pueda tener un impacto negativo en la calidad de la educación y en la capacidad de las universidades para formar profesionales independientes y comprometidos con el desarrollo del país.
La oposición y la sociedad civil nicarag ense han condenado enérgicamente esta decisión, acusando al gobierno de Ortega de continuar su escalada autoritaria y de asfixiar las pocas instituciones autónomas que aún quedan en el país.
