El Banco de la República decidió mantener las tasas de interés de política monetaria en 9,25% por quinta vez consecutiva, en línea con las proyecciones del mercado. La decisión se tomó principalmente por la persistencia de la inflación, que si bien ha cedido, aún se encuentra por encima de la meta.
El gerente del Banco, Leonardo Villar, explicó que la inflación cerrará el año cerca del 5,2% y que se espera que el proceso de desaceleración se retome en 2026, lo que permitiría mantener tasas más estables. Sin embargo, advirtió que de no darse esa reducción, existiría el riesgo de tener que endurecer aún más la política monetaria.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, sostuvo que en su opinión sigue siendo necesaria la reducción de la tasa de interés de referencia, argumentando que se han consolidado indicadores macroeconómicos favorables que permitirían este recorte para reactivar la economía. No obstante, Villar señaló que un aumento más alto del salario mínimo podría dificultar el proceso de reducción de la inflación.
La situación fiscal del país también fue un factor clave en la decisión, con el Gobierno buscando recursos a través de la declaratoria de emergencia económica ante el rechazo del Congreso a la ley de financiamiento. Ávila advirtió que esto pone en riesgo el pago de derechos fundamentales como los subsidios de energía y la equiparación de la Unidad de Pago por Capitación en salud.
En resumen, el Banco de la República optó por mantener las tasas en un nivel elevado para continuar con el proceso de desinflación, a pesar de las presiones del Gobierno por reducirlas para impulsar el crecimiento económico en un contexto fiscal complejo.












