El peso mexicano sufrió una fuerte depreciación este jueves luego de que el Banco de México (Banxico) decidiera recortar su tasa de interés de referencia en 25 puntos base, hasta ubicarla en 10.50%. Esta decisión, que busca estimular la economía, provocó una caída del peso frente al dólar estadounidense.
Al cierre de la jornada, el tipo de cambio se ubicó en 19.40 pesos por dólar, lo que representa una depreciación de 1.6% con respecto al nivel previo a la decisión de política monetaria. Este es el nivel más bajo del peso mexicano en casi dos meses.
La medida de Banxico se produjo en medio de un entorno global de fortalecimiento del dólar, luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) mantuviera su tasa de interés en un rango entre 5% y 5.25%. Esto ha provocado que las principales divisas, como el euro y el yen japonés, también se debiliten frente a la moneda estadounidense.
"El recorte de Banxico, sumado a la firmeza del dólar a nivel internacional, generó una presión adicional sobre el peso mexicano", explicó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base.
Los analistas esperan que el Banco de México continúe con su ciclo de recortes de tasas en los próximos meses, con el objetivo de apuntalar la actividad económica. Sin embargo, advierten que esto podría generar una mayor volatilidad en el tipo de cambio.
"Vemos que el peso se mantendrá bajo presión en el corto plazo, a medida que Banxico continúe reduciendo su tasa de referencia. Esto podría generar una mayor inestabilidad cambiaria", señaló Siller.
El debilitamiento del peso se produce en un momento en que la economía mexicana muestra signos de desaceleración. En el primer trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció apenas 0.1% en términos reales, muy por debajo de las expectativas.
Ante este panorama, el Gobierno mexicano ha anunciado una serie de medidas para impulsar la actividad, como la implementación de un plan de infraestructura y la promoción de la inversión privada. Sin embargo, los analistas advierten que la depreciación del peso podría generar presiones inflacionarias, lo que complicaría aún más el escenario económico.












