El Parque Nacional Monte León, en la provincia argentina de Santa Cruz, ha sido testigo de un sorprendente cambio ecológico. Investigaciones recientes han revelado que los pumas han comenzado a cazar de manera sistemática a los ping inos de Magallanes que habitan en este espacio protegido.
Este hallazgo, documentado en un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society, describe una relación depredador-presa inédita que está modificando la dinámica del ecosistema local. Según los investigadores, este fenómeno es el resultado de procesos históricos de intervención humana durante el siglo XX y de las acciones de restauración ambiental desarrolladas en los últimos años.
El Parque Nacional Monte León, creado en 2004 tras la donación de antiguas estancias al Estado, alberga actualmente alrededor de 40 mil parejas reproductoras de ping inos de Magallanes. Este entorno protegido se ha transformado en un espacio clave para observar interacciones ecológicas emergentes.
Entre 2019 y 2023, un equipo científico utilizó collares GPS en catorce pumas y cámaras trampa, lo que permitió comprobar que los felinos concentran su actividad cerca de la colonia de ping inos durante la temporada de cría, que se extiende por algo más de la mitad del año.
Emiliano Donadio, director científico de Rewilding Argentina y coautor del estudio, explicó que "más que una nueva estrategia de los pumas, es una nueva interacción o al menos una interacción inesperada. Los factores que la promovieron fueron la persecución de pumas y otros depredadores, como zorros, durante décadas por parte del hombre. Esto liberó las costas de Patagonia de depredadores, lo cual permitió que los ping inos, que habitualmente nidifican en islas, comiencen a colonizar las costas continentales y formar grandes colonias de nidificación. En las últimas décadas, la persecución de los pumas disminuyó, particularmente en el área de estudio, que pasó de ser un campo de cría de ovejas a un Parque Nacional".
En este nuevo escenario, los pumas se encontraron con una nueva fuente de alimento: los miles de ping inos que habitan la colonia de nidificación en la costa del parque nacional. Esto ha llevado a que los felinos comiencen a utilizar a los ping inos como una importante fuente de sustento.
El estudio también reveló que la densidad de pumas en el parque alcanzó niveles sin precedentes. En el área se registran entre 13,2 y 13,3 pumas por cada 100 kilómetros cuadrados, más del doble que en otras zonas de Sudamérica y 2,3 veces superior al máximo previamente documentado en el Chaco boliviano.
Para Mitchell Serota, ecólogo de la Universidad de California, Berkeley, y autor principal del trabajo, este proceso refleja una tendencia más amplia. "La fauna está recolonizando ecosistemas que han cambiado de forma radical desde que estas especies desaparecieron", señaló.
Donadio subrayó que la recuperación de las poblaciones nativas es un indicador del éxito del parque. "Los datos del Parque Nacional Monte León indican que el parque posee una base de presas nativas abundante capaz de sostener una población saludable de pumas. Esto muestra que el parque ha sido exitoso a la hora de restaurar parte de nuestros degradados paisajes patagónicos. En el caso de los ping inos, es interesante considerar que estas aves se alimentan en el mar, pero muchas de ellas son cazadas por pumas en tierra y los restos de estos ping inos se descomponen y fertilizan la tierra. Los pumas que cazan ping inos conectan tierra y mar, mostrándonos las increíbles e impensadas formas en las que la naturaleza funciona cuando logramos restaurarla".
Finalmente, el investigador destacó que este trabajo "ha sido posible gracias al trabajo conjunto de Fundación Rewilding Argentina, Parque Nacional Monte León y la Universidad de California-Berkeley y el financiamiento de National Geographic".

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