El presidente electo José Antonio Kast se enfrenta a su primera disputa con los trabajadores públicos, luego de que el gobierno incluyera una norma que restringe el despido de funcionarios en el reajuste presupuestario. Esta medida va en línea con una petición expresa de la mesa de trabajadores del sector público, pero choca con la promesa de Kast de eliminar a los "apitutados políticos" que, según su equipo, son "parásitos" en el Estado.
Durante la campaña, Kast y sus asesores criticaron duramente a los funcionarios públicos que consideran cercanos a la izquierda, calificándolos de "apitutados políticos". Uno de sus principales asesores, Cristián Valenzuela, los llegó a denominar "parásitos" en una columna.
Sin embargo, en la salida de la Misa por los 100 años de la Coronación de la Virgen del Carmen, Kast advirtió que "si alguien quiere amarrarse a un cargo, que se cuide". Esta declaración se produce luego de que el gobierno incluyera una enmienda que establece que la no renovación de contratos o su renovación en condiciones distintas en diversas reparticiones públicas "se realizará únicamente mediante acto administrativo fundado, con hechos y fundamentos de derecho, sustentado en criterios objetivos y acreditables, sin que baste la mera referencia formal a necesidades del servicio sin respaldo fáctico y específico".
Asimismo, la norma establece que los funcionarios con al menos dos años de servicio continuo podrán reclamar por vicios de legalidad ante la Contraloría General de la República si no se les renueva el contrato o este se modifica.
Esta medida representa un claro roce entre el futuro gobierno de Kast y los trabajadores públicos, en medio de la promesa del presidente electo de eliminar a los "apitutados políticos" que, según su equipo, son "parásitos" en el Estado. La disputa pone en evidencia los desafíos que enfrentará Kast para cumplir con sus propuestas de campaña en materia de empleo público.












