La falta de una declaratoria oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre los resultados de las elecciones generales del 30 de noviembre en Honduras ha prolongado la incertidumbre institucional, lo que comienza a reflejarse en el consumo, la inversión y el empleo en el país.
Según analistas, la demora en definir el proceso electoral no solo retrasa la transición política, sino que también limita la capacidad de las instituciones para implementar políticas económicas y sociales en un momento clave del año, cuando normalmente se incrementa la actividad comercial y financiera.
La incertidumbre en el ámbito institucional se ve reflejada en cómo actúan las personas y empresas. Comerciantes, empresarios y consumidores toman decisiones más cautelosas, gastando menos y aplazando compromisos financieros, especialmente en la temporada navideña, cuando normalmente aumenta el consumo.
"Toda la economía del país se ve afectada, pero los más perjudicados son la población pobre, quienes tienen empleo precario o no tienen ninguna fuente de trabajo. Estos sectores ya están con insatisfacción de necesidades básicas como alimento y vivienda", señaló el economista Martín Barahona en entrevista con Criterio.hn.
Los sectores que dependen del consumo interno, como los pequeños y medianos negocios, son los más afectados, ya que enfrentan mayores dificultades para mantener sus operaciones con una demanda más baja. Mientras tanto, actividades económicas como las exportaciones de maquila, camarones y café no se han detenido gravemente.
Según el Boletín Oficial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la economía hondureña creció 3.6% al tercer trimestre de 2025, impulsada sobre todo por la demanda interna y el consumo privado. Sin embargo, la inflación interanual a noviembre se situó en 5.09%, con la inflación subyacente en 5.44%, lo que refleja presiones persistentes que afectan directamente a la población.
Las remesas familiares, que han sido el principal soporte macroeconómico del país, continúan creciendo, pero se proyecta que su ritmo de aumento se desacelere en 2026. Mientras tanto, el déficit comercial se ha reducido, aunque la economía sigue muy dependiente de productos primarios y vulnerable a factores externos.
Analistas señalan que resolver la crisis política es clave para recuperar la previsibilidad y que, mientras el proceso electoral no se cierre de manera institucional, las expectativas económicas seguirán debilitadas. La capacidad de las instituciones para cerrar el proceso electoral será determinante para ver cómo evoluciona la actividad económica a corto plazo.












