El sinhogarismo en España va más allá de las personas que vemos durmiendo en la calle o haciendo largas filas para comer en entidades sociales. Según expertos, el 90% de quienes sufren esta situación de vulnerabilidad lo hacen de manera temporal, ya sea por perder el empleo y no poder pagar el alquiler, o por quedar sin hogar tras una catástrofe natural.
Se estima que esta problemática podría afectar a alrededor de 2 millones de personas en el país, es decir, el 4% de la población. Aunque la ciudadanía suele asociar el sinhogarismo a los casos más graves, con problemas de salud mental y adicciones, la realidad es que el fenómeno está creciendo, y cada vez son más las personas que pasan por esta situación de forma transitoria.
Según Juan Manuel Rodilla, director de Intervención e Innovación Social de San Juan de Dios Valencia, "conforme las personas están más tiempo en la calle, acumulan más trauma y es más complejo abordar su atención y tratamiento". Por ello, Rodilla destaca la importancia de la prevención, ya que "cuanta más gente está puntualmente en esa situación, pasarán de ser episódicos a crónicos, si no ponemos medidas".
Entre los perfiles que más han aumentado en la última década se encuentran los jóvenes que pierden su trabajo y tienen dificultades para mantener la vivienda, así como las familias monomarentales con hijos. "Hace una década no sufríamos este fenómeno, era raro encontrarte en esta situación a una madre con un hijo y ahora, por ejemplo, en los centros de acogida se ven esos casos", señala el experto.
Asimismo, el aumento del coste de vida ha provocado que muchas familias vivan "semana a semana" con sus ingresos, lo que hace que un retraso en el pago de un salario o la pérdida de un trabajo puedan llevarles a la calle. Estos casos, en los que las personas pasan temporalmente por una situación de sinhogarismo hasta que encuentran un nuevo empleo o vivienda, son cada vez más frecuentes.
Otro factor que ha contribuido al aumento del sinhogarismo temporal en España es la ocurrencia de catástrofes naturales, como la DANA que azotó la Comunidad Valenciana hace un año, dejando a miles de ciudadanos sin hogar de forma temporal. Muchos de ellos tuvieron que ser acogidos por familiares y amigos, o permanecer en viviendas inadecuadas hasta poder encontrar una nueva residencia.
Según los expertos, estas situaciones de sinhogarismo transitorio son "poco visibles" porque son de corta duración, pero advierten de que "debemos ser conscientes de que esto va en aumento". Por ello, insisten en la necesidad de implementar medidas de prevención y atención a estas personas, antes de que su situación se vuelva crónica.











