Las fuerzas armadas de Estados Unidos han acumulado una presencia militar inusualmente grande en el mar Caribe y las aguas frente a la costa de Venezuela desde mediados de este año, cuando el gobierno del presidente Donald Trump comenzó a trasladar activos a la región como parte de sus operaciones contra el narcotráfico.
Según la información disponible, el despliegue incluye buques de guerra, aviones de combate y personal militar adicional. Aunque las autoridades estadounidenses no han proporcionado detalles completos, se estima que el número total de efectivos desplegados en la zona asciende a varios miles.
Este movimiento de tropas y equipos se enmarca en la estrategia de la administración Trump de intensificar la lucha contra el tráfico de drogas en América Latina, con un enfoque particular en Venezuela. El gobierno estadounidense ha acusado al régimen de Nicolás Maduro de estar involucrado en actividades narcoterroristas, lo que ha llevado a aumentar la presión militar y diplomática sobre el país.
"Estamos llevando a cabo operaciones en el Caribe, en el Pacífico, en todo el mundo para interrumpir el flujo de drogas", declaró el mes pasado el secretario de Defensa, Mark Esper. "Estamos trabajando con nuestros socios y aliados para hacer todo lo posible para detener este flujo de narcóticos".
Si bien las autoridades no han revelado detalles específicos sobre el despliegue, fuentes militares han confirmado que se trata de una fuerza de tarea conjunta que involucra a la Armada, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Marines. Además, se han reportado avistamientos de buques de guerra y aviones de vigilancia sobrevolando aguas venezolanas en las últimas semanas.
La presencia militar estadounidense en la región ha generado preocupación entre los países vecinos, quienes temen que pueda escalar hacia una intervención directa en Venezuela. Tanto el gobierno de Maduro como sus aliados han denunciado el "acoso" y la "provocación" de Estados Unidos.
"Esto no es una simple operación antinarcóticos, es una clara amenaza de intervención militar contra Venezuela", afirmó el canciller venezolano, Jorge Arreaza. "Advertimos a la comunidad internacional que Estados Unidos está preparando una acción bélica en nuestra región".
Por su parte, el Pentágono ha negado que el despliegue tenga un objetivo político o militar más allá de la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, expertos en seguridad regional consideran que la acumulación de fuerzas en el Caribe aumenta significativamente el riesgo de un conflicto involuntario o de una escalada peligrosa de la tensión.












