El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha logrado imponer su voluntad sobre el emblemático Centro Kennedy de Washington, el principal centro de artes escénicas del país. Tras destituir a la junta directiva original y reemplazarla por aliados, Trump se autoproclamó presidente de la institución y anunció que el complejo teatral pasará a llamarse "Centro Trump-Kennedy".
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que la nueva junta directiva, presidida por el propio Trump, "acaba de votar unánimemente para cambiar el nombre" del Centro Kennedy, originalmente bautizado en honor al expresidente John F. Kennedy, asesinado en 1963.
Según Leavitt, el cambio se debe a "la increíble labor que el presidente Trump ha realizado durante el último año para salvar el edificio". La portavoz agregó que este será "un equipo verdaderamente excepcional en el futuro" entre Trump y Kennedy.
Sin embargo, el nombre del Centro Kennedy fue establecido por ley, por lo que un cambio de estas características debería pasar por el Congreso, donde los republicanos tienen mayoría.
Trump ha sugerido varias veces que podría modificar el nombre del Centro Kennedy, que visitó por última vez el pasado 5 de diciembre, pues el edificio albergó el sorteo del Mundial de Fútbol 2026, del que Estados Unidos es anfitrión.
Tras su llegada al poder, el líder republicano destituyó la junta directiva original del Centro Kennedy, la reemplazó con aliados y se autoproclamó el presidente de la institución. Al frente de la misma, Trump ha ordenado eliminar el contenido "woke" (progresista) de su programación y ha prometido una profunda renovación del edificio, incluida la instalación de nuevas butacas.
Además, el mandatario se autonombró presentador de la gala de los Premios del Centro Kennedy 2025, que fueron entregados a Sylvester Stallone, Gloria Gaynor y Kiss, entre otros.
La toma de control del Centro Kennedy es uno de los cambios que ha introducido Trump a la capital estadounidense para dejar huella. El mandatario, antiguo magnate inmobiliario, también ha ordenado una profunda remodelación de la Casa Blanca, con la construcción de un gran salón de baile que implicó el derribo del Ala Este de la mansión, y planea la construcción de un arco de triunfo en una de las entradas de Washington.
Asimismo, Trump rebautizó con su nombre el Instituto de la Paz de Estados Unidos e inició una campaña de revisión de los contenidos del Instituto Smithsonian, que gestiona los grandes museos de la capital, para que se alineen con sus visiones políticas.
La decisión de Trump de renombrar el emblemático Centro Kennedy ha generado controversia y críticas, ya que se trata de un cambio que debería pasar por el Congreso. Sin embargo, el presidente parece decidido a dejar su impronta en la capital estadounidense, incluso a costa de modificar instituciones históricas como el Centro Kennedy.

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