Los aficionados de todo el mundo están furiosos por los precios de las entradas para el Mundial de Fútbol de Norteamérica 2026, que consideran excesivos y que rompen la promesa de la FIFA de organizar un evento "más inclusivo" y asequible para todos.
La FIFA anunció el 11 de diciembre los precios de las entradas para los grupos de aficionados oficiales que deseen seguir a sus selecciones durante el Mundial, y estos han supuesto una gran decepción. Según el grupo de seguidores franceses Irrésistibles Fran ais (IF), un aficionado tendrá que pagar entre 190 y 600 euros (223-704 dólares) por un partido de la fase de grupos, entre 580 y 1.200 euros por uno de cuartos de final, y entre 3.600 y 7.400 euros por la final.
"El sentimiento general es de decepción", declaró Guillaume Aupr tre, portavoz de IF, quien afirmó que "enseguida nos dimos cuenta de que esto ponía en peligro el sueño de muchos aficionados".
El politólogo argentino Christian Crivelli, que ha asistido a los últimos tres Mundiales, explicó que la FIFA "trató de decir, 'bueno, acá hay mucha gente que compraba una entrada a 60 (dólares) porque tenía suerte y después la revendía a 500 (dólares), vamos nosotros a venderla a 500 (dólares)' y el choque es ese".
La asociación Football Supporters Europe (FSE) se indignó por los "precios astronómicos impuestos por la FIFA a los aficionados más fieles". Incluso el primer ministro británico, Keir Starmer, se quejó del valor de los boletos y afirmó que la categoría de entradas más económicas de la FIFA no era suficiente.
Ante la reacción negativa a nivel mundial, la FIFA reaccionó y el martes prometió boletos a 60 dólares, incluso para la final, en la categoría más baja, reservados a los aficionados oficiales afiliados a las federaciones. Sin embargo, FSE consideró que este cambio parcial de postura del organismo pone de manifiesto las deficiencias en la fijación de precios para el Mundial.
Los altos precios han desalentado a muchos aficionados a concurrir al evento. Según el administrador público colombiano César Charry, "los precios están por las nubes y desaniman bastante a una persona que quiere ir". Mientras que su compatriota Daniel Ballén, consideró que los precios excesivos los han llevado a dejar de compartir ciertas cosas en el día a día "porque la pasión está por encima de los costos".












