Kristin Cabot, la mujer protagonista del escándalo de la 'kiss cam' durante un concierto de Coldplay en Boston, ha concedido una entrevista en la que confiesa que aún no se ha recuperado de aquel incidente que tuvo un impacto planetario. La exdirectora de Recursos Humanos lamenta haber perdido amistades y relaciones familiares, y asegura que ahora es "inempleable".
El 16 de julio, Cabot, de 53 años, fue captada por las cámaras del estadio abrazada con su amante, en medio del concierto de la banda británica. Desde entonces, dice que "el acoso no termina nunca" y que lo siente en plena calle, cuando observa a mujeres cuchicheando sobre ella, o escucha a extraños que profieren insultos.
"Están furiosos conmigo. Y puede que lo estén el resto de su vida. Tengo que aceptarlo", lamenta Cabot en la entrevista concedida al diario británico The Times, la primera después de aquel suceso.
La exejecutiva recuerda que ni Chris Martin, el cantante de Coldplay, ni nadie en la banda se ha puesto en contacto con ella ni han realizado declaraciones que pudieran haberle ayudado a superar aquel escándalo. De hecho, Martin se limitó a decir en tono desenfadado que "cuando la vida te da limones, no te queda sino hacer limonada".
Cabot cree que, como mujer, siempre se lleva "lo peor del abuso" en este tipo de situaciones, y lamenta haber sido descrita como una arribista por su romance con el CEO de la compañía donde trabajaba, a pesar de los "sacrificios" que tuvo que hacer en su carrera.
"Me convertí en un meme, la más maléfica directora de Recursos Humanos de la historia de los Recursos Humanos", concluye Cabot, quien ahora se siente "triste" y "inempleable" tras aquel incidente que le costó su trabajo y le ha generado un fuerte rechazo social.











