La población boliviana enfrenta una situación complicada con el aumento descontrolado de precios en productos básicos y pasajes de transporte público. Tras el anuncio del gobierno de eliminar el subsidio a los combustibles, los choferes han incrementado unilateralmente los pasajes, generando indignación entre los usuarios.
En La Paz, largas filas se observan en los mercados y puntos de venta de la empresa estatal Emapa, donde las personas buscan adquirir productos a menor precio. Las amas de casa denuncian que el arroz, el azúcar y otros alimentos han sufrido aumentos de hasta 50%, lo que está afectando seriamente sus economías familiares.
"Estamos haciendo fila. Tenemos miedo de que los precios sigan subiendo. Están demasiado elevados: el arroz a 650, antes 420; el azúcar, que estaba en Bs 200, ahora está a 360", explicó una compradora a medios locales.
Las quejas de los consumidores se centran en la falta de control y supervisión por parte de las autoridades, que permiten a los mayoristas y comerciantes especular con los precios sin ninguna consecuencia. Una adulta mayor, con 11 nietos a su cargo, manifestó su preocupación por el impacto de estas medidas en su economía familiar.
Por su parte, el ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, salió al paso para asegurar que no hay motivos para que se incrementen los precios de los pasajes, y advirtió que no se permitirá que "algunos pocos se aprovechen de la economía de la gente". Sin embargo, los choferes han anunciado aumentos unilaterales de Bs 5 a Bs 6,50 en minibuses y trufis, generando aún más malestar entre los usuarios.
La situación refleja la delicada coyuntura económica que atraviesa Bolivia, con una inflación descontrolada y la falta de mecanismos efectivos para proteger a los consumidores más vulnerables. Expertos advierten que, de no tomarse medidas urgentes, la crisis podría agravarse en las próximas semanas, justo antes de las festividades navideñas.











