Estados Unidos acoge con satisfacción las reformas económicas anunciadas por el nuevo presidente boliviano, Rodrigo Paz, y promete trabajar con el gobierno para asegurar que estas medidas generen dividendos para el pueblo boliviano en el menor tiempo posible.
El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró que Washington "reconoce que el camino por delante no será fácil" para Bolivia, que ha soportado años de "estancamiento económico, corrupción y mala gestión". Sin embargo, el gobierno estadounidense se muestra optimista y está listo para apoyar la transición económica del país andino.
El fin de los subsidios a los combustibles forma parte de un paquete de medidas extraordinarias anunciadas por el presidente Paz, quien declaró el miércoles una "emergencia económica, financiera, energética y social" en Bolivia. Además de simplificar los impuestos y otorgar incentivos para la compra de maquinaria, el nuevo gobierno también liberará las exportaciones y exonerará de impuestos la repatriación de capitales.
Según Rubio, funcionarios del gobierno estadounidense ya se encuentran en Bolivia "buscando facilitar inversiones que fomenten la prosperidad de ambas naciones". Estados Unidos está dispuesto a trabajar de cerca con el ejecutivo boliviano para asegurar que estas reformas estructurales den frutos rápidamente y mejoren las condiciones de vida de la población.
"Estados Unidos acoge con satisfacción estas medidas y está listo para apoyar la transición de Bolivia hacia una economía más sólida y competitiva", afirmó el secretario de Estado. La Casa Blanca ve con buenos ojos el alineamiento del nuevo gobierno boliviano con Washington y confía en que estas reformas económicas marquen el inicio de una nueva era de cooperación entre ambos países.
