El papa León XIV aceptó la renuncia del influyente arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, una figura destacada del ala conservadora de la Iglesia estadounidense, informó el Vaticano este jueves.
El primer papa estadounidense de la Iglesia católica reemplazó a Dolan, quien dimitió conforme al derecho canónico al cumplir 75 años, por un obispo poco conocido de 58 años originario de Illinois, Ronald Hicks.
Este nombramiento deja entrever la voluntad de una mayor firmeza de la Iglesia frente a las decisiones de la administración estadounidense de Donald Trump, especialmente en materia de defensa de los derechos humanos.
Dolan, que ejercició como arzobispo de Nueva York desde 2009, es una figura emblemática y mediática de la Iglesia estadounidense, y un ferviente opositor al aborto. Su dimisión se produce pocos días después de la creación de un fondo de 300 millones de dólares destinado a indemnizar a las víctimas de abusos sexuales que presentaron denuncias contra la Iglesia en el estado de Nueva York.
La renuncia de Dolan y su reemplazo por Hicks, un obispo de perfil más bajo, sugieren un cambio de rumbo en la Iglesia católica estadounidense bajo el liderazgo del papa León XIV. Mientras Dolan era una figura pública y conservadora, Hicks es considerado un prelado más moderado y menos propenso a la confrontación con el gobierno.
Este movimiento se produce en un momento en que la Iglesia enfrenta múltiples desafíos, desde los escándalos de abusos sexuales hasta las tensiones políticas con la administración Trump. Al reemplazar a Dolan por un obispo más discreto, el Vaticano parece buscar una estrategia de menor perfil público pero mayor efectividad en la defensa de los valores y principios de la Iglesia.
Analistas señalan que el nombramiento de Hicks podría ser una señal de que el papa León XIV busca una Iglesia más conciliadora y menos confrontacional, especialmente en temas controversiales como el aborto y los derechos LGBTQ+. Sin embargo, también advierten que el cambio no implica necesariamente un giro radical en la posición doctrinal de la Iglesia.
En todo caso, la renuncia de Dolan y su reemplazo por Hicks marcan un momento de transición en la Iglesia católica estadounidense, que deberá navegar los desafíos del siglo XXI bajo un nuevo liderazgo más moderado y pragmático.
