El presidente Donald Trump ofreció anoche un mensaje a la nación con una narrativa de intimidación contra los migrantes, a quienes responsabilizó de la supuesta pérdida de bienestar, seguridad y futuro del pueblo estadounidense.
En su discurso desde la Casa Blanca, Trump acusó que las administraciones anteriores "inundaron" ciudades y pueblos con inmigrantes indocumentados, destruyeron los ahorros de las familias trabajadoras y promovieron el adoctrinamiento de niños con odio hacia Estados Unidos. Además, sostuvo que se liberaron niveles de delincuentes violentos nunca antes vistos para depredar a la población y provocar una situación "horrible" en el mundo.
"Heredamos la peor frontera del planeta y rápidamente la convertimos en la más fuerte de la historia de nuestro país. En pocos meses pasamos de lo peor a lo mejor. Estamos deportando criminales y devolviendo la seguridad a nuestras ciudades más peligrosas", aseguró Trump.
El mandatario presentó la inmigración como un eje central del deterioro nacional y responsabilizó directamente a la administración Biden de haber permitido el ingreso masivo de extranjeros indocumentados, a quienes nuevamente vinculó, sin presentar pruebas, con el crimen organizado, la violencia y la presión sobre los servicios públicos.
Trump también afirmó que comenzó a registrarse una "migración inversa", con personas no nacidas en Estados Unidos regresando a sus países de origen como resultado de las políticas que ha implementado.
El jefe de la Casa Blanca, que no escatimó en autoelogios a su gestión, prometió un auge económico; sin embargo, la inflación se ha mantenido elevada y el mercado laboral se debilitó drásticamente después de que ordenó una serie de impuestos sobre las importaciones de varios países, según datos de la agencia AP.












