María Ligia Garzón Ayala, de 44 años, fue asesinada a puñaladas por su expareja mientras bailaban en una discoteca de Fusagasugá, Cundinamarca. Las cámaras de seguridad del lugar captaron el momento en que el hombre, identificado como William Barbosa, sacó una navaja de su bolsillo y atacó a la mujer.
Testigos intentaron auxiliar a María Ligia, quien fue trasladada a un centro médico cercano, pero falleció debido a las heridas en el pecho. El presunto agresor huyó del lugar, pero fue capturado por la Policía en el municipio de Pasca, donde presuntamente planeaba ocultarse. Durante el arresto, se incautó el arma presuntamente utilizada en el crimen.
Según las autoridades, la relación entre María Ligia y William Barbosa había terminado aproximadamente tres semanas antes del hecho. El hombre no contaba con antecedentes penales ni denuncias previas por violencia de género.
Este trágico suceso se produce apenas días después de otro caso de feminicidio en Bogotá, donde el capitán Pablo Masmela mató a su expareja, la teniente María Mora, en las instalaciones del Cantón Norte.
Lamentablemente, la violencia de género sigue cobrando vidas en Colombia. Estos casos evidencian la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para prevenir y erradicar este tipo de crímenes, así como brindar un mayor apoyo y protección a las víctimas.
Las autoridades han reiterado su compromiso de investigar a fondo estos hechos y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, es fundamental que la sociedad en su conjunto se movilice para generar un cambio cultural que ponga fin a la violencia contra las mujeres.











