La campaña militar estadounidense en Latinoamérica está aumentando la presión sobre Colombia, uno de los principales nexos del narcotráfico en la región, a medida que se intensifican las tensiones entre el presidente Donald Trump y el mandatario de Colombia, Gustavo Petro. En los últimos meses, el ejército de Estados Unidos ha intensificado los ataques a embarcaciones que, según el gobierno de Trump, transportan drogas, lo que ha provocado la muerte de decenas de personas.
Los recientes ataques del ejército estadounidense sugieren un cambio de enfoque geográfico tras las embestidas iniciales en el Caribe. Mientras que en un principio los ataques se concentraron en Venezuela, un actor menor en el tráfico mundial de drogas, ahora se han centrado cada vez más en Colombia, que tiene una larga costa en el Pacífico en la cual, según los expertos, abundan las rutas para el contrabando de cocaína. De los 25 ataques ejecutados desde el 2 de septiembre, 14 han sido en el Pacífico y 11 en el Caribe, con un balance de 47 y 48 muertos, respectivamente.
Esta escalada de la campaña militar estadounidense ha incrementado la enemistad entre Washington y Bogotá. El presidente colombiano, Gustavo Petro, se ha convertido en uno de los críticos más feroces en Latinoamérica de los ataques estadounidenses, al afirmar que equivalen a asesinatos. Trump respondió con la amenaza de recortar la ayuda a Colombia, a pesar de que una parte significativa se destina a combatir la industria de la cocaína.
Expertos en leyes que rigen el uso de la fuerza letal también han calificado de ilegales los ataques de EE. UU., con el argumento de que el gobierno no ha demostrado que exista un conflicto armado entre ese país y Venezuela o Colombia, que tiene un largo historial de cooperación antinarcóticos con Estados Unidos.
En respuesta a las acusaciones de Trump, Petro afirmó que "Trump está engañado de sus logias y asesores". El presidente estadounidense ha justificado los ataques argumentando que cada embarcación destruida salva 25 mil vidas estadounidenses, pero expertos señalan que el principal impulsor de las muertes por sobredosis en EE.UU. es el fentanilo, que procede de laboratorios de México, y no la cocaína proveniente de Sudamérica.
La campaña militar estadounidense en Latinoamérica también se está ampliando para incluir otros objetivos, como se vio la semana pasada con la incautación por fuerzas estadounidenses de un petrolero en el Caribe que transportaba petróleo venezolano. Según funcionarios de la administración Trump, el gobierno de Maduro ha estado acogiendo organizaciones de narcotraficantes, lo que justificaría la expansión de las operaciones.











