Zulma Guzmán Castro, la empresaria colombiana señalada del presunto asesinato por envenenamiento de dos adolescentes en Bogotá en abril, fue detenida formalmente en Londres después de ser rescatada del río Támesis, donde habría intentado suicidarse.
La detención de Guzmán se produjo bajo los criterios de la ley de salud mental por el presunto intento de suicidio que cometió el 16 de diciembre, cuando fue rescatada por agentes de la policía de las aguas del río Támesis, cerca del Puente de Battersea, al suroeste de la capital británica.
Un portavoz de la Policía Metropolitana de Londres confirmó que sus efectivos atendieron una llamada de aviso de una mujer "en situación de peligro" y que la Unidad Policial Marítima de la Met recuperó a una mujer de unos 50 años del agua a las 07:14 GMT, siendo trasladada al hospital, donde se determinó que sus heridas no ponían en peligro su vida.
Según los medios británicos, la mujer habría llegado al Reino Unido el pasado 11 de noviembre, pese a estar prófuga de la justicia colombiana y tener sobre ella una orden de búsqueda internacional -o 'Notificación Roja'- por parte de la Interpol emitida a principios de este mes.
Tras confirmarse su identidad, las autoridades británicas formalizaron su detención y dieron inicio a los trámites para su proceso de extradición a Colombia, que podría tardar varios meses.
El caso por el que se le señala a Guzmán y que estremeció a Colombia ocurrió el pasado 5 de abril, cuando tres adolescentes y el hermano mayor de una de ellas, de 21 años, fueron ingresados en una clínica de Bogotá con síntomas de intoxicación tras ingerir alimentos en casa de la familia De Bedout, en un barrio acomodado de la capital, donde las menores se habían reunido para pasar el día y hacer galletas.
Inés de Bedout, de 14 años, y Emilia Forero, de 13, murieron horas después de ingerir dos frambuesas envenenadas con talio, un metal altamente tóxico usado en la fabricación de dispositivos electrónicos y que es inodoro e insípido. Mientras que un joven de 21 años, hermano de Inés, y la tercera adolescente sobrevivieron, pero continúan en tratamiento médico por los graves daños que sufrieron en su organismo.
La investigación reveló que Zulma Guzmán Castro, una vieja conocida de Juan De Bedout, padre de una de las menores fallecidas, compró dos tarros de frambuesas con chocolate, que luego fueron envenenados con talio y entregados a la familia De Bedout como un supuesto obsequio.
Las autoridades sospechan que el envenenamiento fue cometido por venganza, aunque los motivos aún se desconocen. Guzmán Castro, quien participó hace unos años en un 'reality show' de emprendedores, fue acusada formalmente del presunto asesinato y ahora enfrenta el proceso de extradición desde Londres a Colombia.











