La tradición del Sorteo de Navidad, conocido como el "Gordo de Navidad", en España es una de las postales más claras de la interculturalidad en el país. Cada 22 de diciembre, las voces infantiles que cantan los números premiados atraviesan las pantallas y radios de todo el territorio español.
Este año, los encargados de sostener este ritual con casi 200 años de historia son 28 niños y niñas de la Residencia-Internado San Ildefonso de Madrid, que lucirán su característico uniforme de americana negra, falda o pantalón gris y zapatos negros. Entre ellos se encuentra Rosario Martínez, una niña de 11 años hija de madre ecuatoriana, quien participará por cuarta vez en este evento tan emblemático.
Desde octubre, los menores han estado ensayando en el salón de actos del internado, bajo la supervisión de la maestra Pilar García. Allí repasan los gestos, la entonación y memorizan qué hacer cuando aparezca un premio importante. Para Rosario, cantar el Gordo es una experiencia "muy emocionante", a pesar de los nervios que le genera estar frente a toda España.
La relación entre el Colegio San Ildefonso y la Lotería de Navidad se remonta a 1771, durante el reinado de Carlos III, cuando el director del centro propuso que los niños participaran en el sorteo. Desde entonces, esta tradición se ha mantenido ininterrumpida por más de dos siglos, convirtiéndose en una de las postales más representativas de la diversidad cultural española.
Detrás de este ritual, que reparte 4 millones de euros (USD 4'697.000) y con el que oficialmente arranca la Navidad en España, hay una historia de interculturalidad en un internado de Madrid, donde niños de 28 países diferentes, con padres de orígenes tan diversos como Ecuador, Perú, Bolivia, Guinea Ecuatorial, Filipinas, Venezuela, Honduras, Nicaragua, Colombia o Paraguay, se unen para dar vida a una de las tradiciones más queridas por los españoles.
