Las recientes decisiones tomadas por el presidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), Yamil Bukele, han generado un fuerte impacto en el panorama futbolístico de El Salvador. Siguiendo el ejemplo de Osael Maroto, quien impulsó cambios similares en Costa Rica, Bukele ha anunciado la suspensión de dietas, viáticos y gastos de representación para los integrantes del comité ejecutivo de la FESFUT.
Esta medida, que busca recortar los privilegios de los altos cargos del fútbol salvadoreño, evoca un antecedente cercano en la vecina Costa Rica. Allí, Osael Maroto, presidente de la Federación Costarricense de Fútbol (FEDEFUT), emprendió una serie de reformas orientadas a transparentar y optimizar la administración del deporte rey en el país.
La suspensión de los beneficios económicos de los dirigentes forma parte de un paquete de medidas impulsadas por Bukele, quien ha manifestado su compromiso con la reestructuración y saneamiento del fútbol salvadoreño. Estas acciones se enmarcan en un contexto de creciente cuestionamiento a la gestión de las federaciones deportivas en la región, donde se han denunciado casos de corrupción y malversación de fondos.
Expertos en el ámbito futbolístico señalan que los pasos dados por Bukele y Maroto responden a una necesidad imperiosa de modernizar y profesionalizar la administración del fútbol en sus respectivos países. La eliminación de privilegios y la implementación de una mayor transparencia en el manejo de los recursos se consideran elementos clave para recuperar la confianza de los aficionados y mejorar la imagen del deporte.
Si bien estas medidas pueden generar resistencia por parte de los sectores más acomodados dentro de las federaciones, los líderes de El Salvador y Costa Rica parecen decididos a llevar adelante un proceso de transformación que permita fortalecer la gobernanza y la integridad del fútbol en la región.
