El pasado miércoles, la Fiscalía de París confirmó la detención de un joven de 22 años, nacido en 2003, como presunto autor del reciente ciberataque contra el Ministerio del Interior de Francia. El ataque logró extraer decenas de archivos confidenciales, incluyendo antecedentes penales y datos de personas buscadas.
Según el comunicado de la fiscal Laure Beccuau, el sospechoso ya era conocido por la justicia, habiendo sido condenado por hechos similares en 2025. Se le acusa del "ataque a un sistema automatizado de tratamiento de datos personales implementado por el Estado en banda organizada", un delito que puede ser castigado con hasta 10 años de cárcel.
El ministro del Interior, Laurent Núñez, calificó el ciberataque como un "acto grave" que afectó a los servidores de correo electrónico, permitiendo a los responsables obtener códigos de acceso a documentos confidenciales. Entre los archivos comprometidos se encontraban el Sistema de Tratamiento de Antecedentes Penales (TAJ) y el Archivo de Personas Buscadas (FPR), aunque aún se desconoce el alcance total de la filtración.
En un comunicado enviado a usuarios del foro BreachForums, los hackers, que se identificaron como "Indra", se jactaron de haber comprometido con éxito la seguridad del Ministerio del Interior, accediendo a los archivos policiales de 16,4 millones de ciudadanos franceses. También afirmaron haber obtenido datos de la Dirección General de Finanzas Públicas (DGFIP) y de la Caja Nacional del Seguro de Vejez (CNAV).
Los ciberdelincuentes justificaron su acción como una represalia por el desmantelamiento del grupo de hackers "ShinyHunters" por parte de Francia hace unos meses, aunque los aludidos se han desmarcado de esta acción.
El ministro Núñez ha asegurado que este incidente "no pone en peligro la vida de nuestros ciudadanos", pero la filtración de datos tan sensibles como antecedentes penales y personas buscadas plantea serias preocupaciones sobre la seguridad de la información en manos del gobierno francés.
Las autoridades siguen investigando el alcance del ataque y trabajan para determinar si existe algún vínculo entre el sospechoso detenido y los hackers que reivindicaron el ciberataque. La detención de este joven de 22 años es un paso importante, pero queda por delante un arduo trabajo para determinar la magnitud del incidente y las responsabilidades de los implicados.











