La educación híbrida, un modelo en construcción que desafía a Bolivia
La educación híbrida, una combinación de enseñanza presencial y virtual, se abre paso lentamente en Bolivia, enfrentando desafíos estructurales, tecnológicos y pedagógicos. Jhonny Conde, miembro de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) y profesor de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), explica que el país atraviesa una etapa de transición educativa, con brechas en la calidad y la digitalización que deben ser subsanadas.
Durante la pandemia, las instituciones educativas se vieron obligadas a incorporar herramientas tecnológicas, lo que aceleró la adopción de plataformas y recursos digitales. Según Conde, en las próximas décadas Bolivia podría consolidar completamente este modelo mixto, combinando clases presenciales y virtuales.
Sin embargo, la tendencia híbrida implica no solo el uso de tecnología, sino también un cambio profundo en las metodologías y paradigmas pedagógicos. Conde advierte que aún predomina un modelo conductista en los docentes, cuando se requiere una pedagogía más activa y constructivista.
Otro desafío es el analfabetismo digital, que afecta tanto a estudiantes como a profesores. Para enfrentarlo, Conde propone una política educativa basada en la capacitación permanente y la creación de centros de aprendizaje virtual que fortalezcan el dominio tecnológico.
Asimismo, el auge de la inteligencia artificial (IA) añade una nueva dimensión a este debate. Conde enfatiza que su uso debe orientarse hacia la reflexión y el pensamiento crítico, y no solo al consumo de información.
En su visión, la clave está en conectar la tecnología con las necesidades del contexto boliviano, construyendo una comunidad educativa capaz de comprender su entorno y utilizar las herramientas digitales para transformarlo. La consolidación de la educación híbrida dependerá de la capacidad de adaptación, innovación y mantenimiento del sentido humano del aprendizaje.











