El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha exigido públicamente que el gobierno de Venezuela devuelva el petróleo y las tierras que, según él, han sido "robadas" a su país. Esta demanda se produce en medio de las tensas relaciones entre ambas naciones y en un contexto de creciente presión internacional sobre el régimen de Nicolás Maduro.
Durante una entrevista reciente, Trump afirmó que Venezuela "se ha apoderado ilegalmente" de recursos que pertenecen a Estados Unidos y que es hora de que Caracas "devuelva lo que es nuestro". El exmandatario republicano hizo énfasis en el supuesto "robo" de yacimientos petroleros y extensiones de tierra, recursos que, según él, fueron expropiados de forma ilegítima por el gobierno socialista.
"Ellos tienen nuestro petróleo, nuestras tierras. Todo eso es nuestro y lo quiero de vuelta", declaró Trump, quien ya había manifestado en el pasado su intención de "recuperar" esos activos para Estados Unidos. El político también acusó al régimen de Maduro de haber "saqueado" la riqueza natural de Venezuela en beneficio propio.
Estas declaraciones se enmarcan en la larga disputa geopolítica entre Washington y Caracas, que se ha intensificado en los últimos años. Desde que asumió la presidencia en 2017, Trump adoptó una postura confrontativa hacia el gobierno de Maduro, imponiendo duras sanciones económicas y llegando a respaldar intentos de golpe de Estado en contra del mandatario venezolano.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro ha rechazado enérgicamente las acusaciones de Trump, calificándolas de "imperialistas" y "colonialistas". Desde Caracas se afirma que los recursos naturales de Venezuela pertenecen legítimamente a su pueblo y que no aceptarán "chantajes" ni "injerencias" extranjeras.
"Nuestro petróleo, nuestras tierras, nuestros minerales. Todo eso es de Venezuela y de los venezolanos. No vamos a permitir que nadie venga a reclamarlo como suyo", declaró recientemente el canciller venezolano, Félix Plasencia.
La disputa por los recursos naturales de Venezuela se ha convertido en un nuevo frente de tensión entre el gobierno de Maduro y la administración de Biden, que ha mantenido una línea dura hacia el régimen socialista. Analistas consideran que esta confrontación podría intensificarse en los próximos meses, con implicaciones geopolíticas y económicas para toda la región.
