Las autoridades colombianas han asestado un duro golpe a las finanzas y operaciones del grupo delictivo transnacional conocido como el Tren de Aragua en Bogotá. En una operación liderada por la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía General de la Nación, se aplicaron medidas de extinción de dominio sobre nueve bienes inmuebles, dos sociedades comerciales y una matrícula mercantil, con un avalúo aproximado de 8.100 millones de pesos colombianos.
Estos bienes, ubicados principalmente en las localidades de Bosa y Kennedy, eran utilizados por el Tren de Aragua para actividades ilícitas como la venta de drogas, la comercialización de licor adulterado, la explotación sexual y el almacenamiento de armas de fuego. Algunos de estos establecimientos operaban bajo la fachada de clubes nocturnos y supuestos sindicatos, con el fin de evadir controles y ocultar sus actividades delictivas.
Uno de los inmuebles afectados es el Hotel Los Potrillos, al sur de Bogotá, que habría funcionado como un espacio clave para intimidar y someter a víctimas de extorsión. Según las investigaciones, este hotel estaba vinculado a alias 'Mizon', identificado como cabecilla del grupo delincuencial conocido como Los Maracuchos y enlace directo con el Tren de Aragua.
Además de las medidas de extinción de dominio, en el mismo operativo fue capturado alias 'Luis Maracucho', cabecilla de zona en la localidad de Chapinero, señalado de coordinar la venta de drogas en sectores como el Parque de Los Hippies y de liderar extorsiones a establecimientos comerciales.
Este golpe se suma a una serie de acciones recientes contra el Tren de Aragua en la capital colombiana, en las que las autoridades han logrado capturas, desarticulaciones de redes de extorsión y una presión constante sobre los mandos de la organización. Además, la Policía ha fortalecido la cooperación internacional, incluyendo el trabajo con equipos norteamericanos, para atacar de manera integral las estructuras que aún operan en la ciudad.
Con estas medidas, las autoridades buscan debilitar la capacidad financiera del Tren de Aragua y limitar su expansión criminal en Bogotá, una de las ciudades más afectadas por la actividad de esta peligrosa organización transnacional.











