A sus 65 años y con una dieta mensual de 126 mil 800 pesos, el polémico senador morenista Gerardo Fernández Noroña mostró orgulloso su tarjeta del Bienestar de adultos mayores para percibir seis mil 200 pesos cada dos meses.
Ajeno a la austeridad que predica su partido, Fernández Noroña ha estado envuelto en múltiples escándalos por derroche de recursos públicos, incluyendo un viaje en Business Class a París a mediados de año y la adquisición de una lujosa residencia en Tepoztlán valuada en al menos 12 millones de pesos.
Pese a su evidente holgura económica, el legislador no ha tenido reparos en cobrar la pensión del programa social Bienestar, destinado a apoyar a los adultos mayores de escasos recursos. Esto ha generado indignación entre la opinión pública, que considera que Fernández Noroña está abusando del sistema en beneficio propio.
La revelación de este caso llega en un momento en que el gobierno federal ha endurecido los requisitos para acceder a los apoyos del Bienestar, buscando evitar precisamente este tipo de abusos por parte de políticos y funcionarios públicos con altos ingresos.
Ante la polémica desatada, el senador morenista ha defendido su derecho a recibir la pensión, argumentando que cumple con los requisitos establecidos. Sin embargo, su ostentoso estilo de vida y los cuestionamientos sobre el origen de su fortuna han puesto en duda la legitimidad de sus reclamos.
Este caso pone en evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y fiscalización de los programas sociales, con el fin de garantizar que los recursos lleguen efectivamente a quienes más lo necesitan y no sean desviados por políticos y funcionarios que buscan enriquecerse a costa del erario público.










