Óscar Fernández Calle, candidato de Vox a la Presidencia de la Junta de Extremadura, ha dejado claro que su partido no está dispuesto a "regalar ni un solo voto" en las elecciones del 21 de diciembre. En una entrevista con EFE, Fernández Calle afirmó que Vox hará valer su fuerza en una posible negociación con el PP para cambiar los "42 años de bipartidismo" en la región.
El dirigente de Vox señaló que su partido tiene una serie de exigencias para apoyar un gobierno del PP en Extremadura, entre las que se encuentran la reducción a la mitad de las subvenciones a los partidos políticos, la defensa de la continuidad de la central nuclear de Almaraz, los regadíos de Tierra de Barros o el Canal de Orellana, y la oposición "frontal" al Pacto Verde.
Fernández Calle afirmó que Vox no está por los "sillones" ni por las consejerías, sino que su objetivo es llevar a cabo "políticas que traigan el cambio" que, en su opinión, la popular María Guardiola "robó" a los extremeños. El candidato de Vox aseguró que su partido no se va a "meter en casa ajena" y que las demandas serán las mismas que en la negociación de los presupuestos regionales.
En cuanto a la inmigración, Fernández Calle dejó claro que Vox apoya la inmigración "legal sí; ilegal no", y pidió actuar en los países de origen y oponerse desde Extremadura a la "política de puertas abiertas" y al "reparto" por toda España de la inmigración ilegal, que "crea inseguridad".
Por último, el dirigente de Vox se mostró convencido de que su partido "va a mejorar" en votos y en escaños el 21 de diciembre, y aseguró que este escenario no lo manejan, ya que no contemplan un empeoramiento de los resultados.












