La victoria reciente del conservadurismo en Chile no se explica solo por una derrota ideológica, sino por la suma de frustraciones concretas de la población. Expectativas incumplidas que abrieron paso a un Gobierno de emergencia que promete mano dura contra los migrantes, la delincuencia y una economía percibida como disfuncional.
Según expertos, esta tendencia pendular que castiga a quien gobierna en América Latina es una lección que la izquierda mexicana debería atender si aspira a sostener en el poder un proyecto progresista de amplio respaldo y probada eficacia.
Si bien el Gobierno de Claudia Sheinbaum en México cuenta hoy con logros importantes, como la reducción de la pobreza y el enfrentamiento a la delincuencia, persisten resquicios por los que la oposición puede infiltrarse. Temas como la seguridad, la corrupción y la economía serán cruciales para mantener el apoyo del electorado.
Expertos advierten que, a diferencia de la certidumbre que Sheinbaum exhibe en otros frentes, en economía aún se disputa quién toma a quién por los cuernos. Además, el combate a la corrupción dentro de Morena será fundamental, pues se castigará al partido si su color y su nombre sirven de refugio a criminales o ladrones.
En este contexto, el avance de las derechas en México no es una hipótesis lejana. La fórmula es simple: será menos oneroso probar con un desconocido que repetir con quien ya decepcionó. Por eso, el péndulo que hoy favorece al proyecto transformador no descansará en gratitud permanente y se inclinará en favor de la oposición si Morena deja de escuchar las necesidades y emociones de su base electoral.









