Honduras se encuentra en una situación de vulnerabilidad múltiple, enfrentando una crisis política postelectoral y una alerta climática que mantiene en vilo al país. Mientras la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ha extendido por 24 horas más la Alerta Verde en seis departamentos, la incertidumbre política y social también persiste, reflejando un escenario complejo que demanda atención y coordinación en diversos frentes.
La Alerta Verde, el nivel más bajo de alerta, ha sido extendida debido a la persistencia de una masa de aire frío que sigue generando lluvias, nubosidad y descensos de temperatura en distintas regiones de Honduras. Aunque no se han reportado emergencias mayores hasta el momento, las autoridades insisten en la necesidad de mantener una vigilancia activa, especialmente en comunidades cercanas a ríos, quebradas y zonas de ladera, donde la saturación de suelos comienza a ser un elemento de preocupación.
En paralelo a este seguimiento meteorológico, Honduras se encuentra inmersa en una crisis política y social, con cuestionamientos al proceso electoral y llamados a la calma por parte de las autoridades. La ciudadanía permanece en estado de expectativa, y cualquier factor adicional de riesgo, incluido el climático, adquiere un peso mayor en este contexto.
La experiencia reciente ha demostrado que, en Honduras, los escenarios de riesgo rara vez se presentan de forma aislada. Crisis institucionales, tensiones sociales y eventos climáticos suelen coincidir, elevando el impacto sobre la población. Por ello, la Alerta Verde no solo es una medida técnica, sino también un llamado a no bajar la guardia en un país que ya enfrenta múltiples frentes abiertos.
Desde Copeco se ha reiterado que el monitoreo continuará de forma permanente, mientras las condiciones atmosféricas sigan siendo inestables. El comportamiento del clima en las próximas horas será determinante para definir si la alerta se mantiene, se eleva o se desactiva.
En un Honduras que atraviesa días decisivos, la extensión de la Alerta Verde recuerda que la estabilidad no depende únicamente del desenlace político. El país sigue expuesto a factores naturales que exigen atención, coordinación y prevención, en un momento en el que la incertidumbre ya forma parte del día a día.











