Ford ha anunciado un giro profundo en su estrategia de vehículos eléctricos, poniendo fin a la producción del F-150 Lightning totalmente eléctrico. En su lugar, la compañía lanzará una nueva versión denominada "vehículo eléctrico de rango extendido", que incorpora un generador a combustión capaz de recargar la batería y ofrecer una autonomía superior a los 700 kilómetros.
Este cambio implica una reconfiguración a gran escala del negocio eléctrico de Ford, con un costo estimado de US$ 19.500 millones. Esto incluye una amortización de US$ 8.500 millones en activos vinculados a vehículos eléctricos (EV) y un cargo en efectivo de US$ 5.500 millones hasta 2027.
La decisión de Ford se debe a una demanda menor a la esperada, altos costos y cambios regulatorios que han afectado la rentabilidad del F-150 Lightning. Además, la compañía ha cancelado el desarrollo de su pick-up eléctrica de nueva generación, conocida como T3, y ha abandonado los planes para una nueva van comercial eléctrica.
Sin embargo, Ford mantiene su apuesta por una pick-up eléctrica mediana, cuyo lanzamiento está previsto para 2027. Este modelo se apoyará en una nueva plataforma desarrollada por un equipo interno liderado por exejecutivos de Tesla, y también servirá como base para otros vehículos futuros.
La empresa afirma que redirigirá recursos hacia áreas con mayor retorno, como híbridos, eléctricos de rango extendido, EV más accesibles y nuevas oportunidades como almacenamiento de energía. Ford también sigue en camino para producir baterías LFP más baratas en 2026, en su planta de Michigan, con tecnología licenciada de la empresa china CATL.
Este giro estratégico de Ford refleja las dificultades crecientes del segmento de vehículos eléctricos grandes en Estados Unidos. La guerra de precios iniciada por Tesla, sumada a los cambios políticos tras la reelección de Donald Trump y el control republicano del Congreso, han derivado en la reversión de varias políticas de incentivo a los EV impulsadas durante la administración Biden.











