El Banco Nación (BNA) tiene un nuevo presidente: Darío Wasserman, quien asume el cargo tras la salida del anterior titular, Daniel Tillard. Wasserman era hasta ahora vicepresidente de la entidad desde el inicio del gobierno de Javier Milei.
Según pudo confirmar la Agencia Noticias Argentinas, Wasserman es una figura cercana a Karina Milei, hermana del presidente, y a Luis Caputo, quienes habían buscado ubicarlo en la presidencia del BNA desde el comienzo de la gestión libertaria. Sin embargo, en aquel entonces primó el nombre de Tillard, vinculado al ex Jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El flamante titular del mayor banco público es esposo de la legisladora y dirigente porteña de La Libertad Avanza (LLA), Pilar Ramírez, quien forma parte del círculo íntimo de la secretaria general de la Presidencia. De esta manera, Ramírez fortalece su injerencia en los máximos puestos del Gobierno.
Anteriormente, Wasserman se desempeñó como presidente de la Sociedad de Garantía Recíproca "Garantizar SGR", presidente de Móvil SGR y titular de la Cámara Argentina de Sociedades de Garantías Recíprocas, entre otras funciones. Su trayectoria en el ámbito privado incluye varios años como desarrollador inmobiliario.
La llegada de Wasserman a la presidencia del BNA se produce en un contexto económico complejo, con una alta inflación, un dólar blue en constante aumento y un escenario de incertidumbre que requiere de una gestión sólida y experimentada al frente de la principal entidad bancaria estatal.
Desde su nuevo cargo, Wasserman tendrá el desafío de lidiar con los múltiples desafíos que enfrenta el sistema financiero argentino, buscando equilibrar los intereses del Gobierno, los ahorristas y el sector productivo. Su cercanía a figuras clave del oficialismo, como Karina Milei y Pilar Ramírez, le otorga una posición de influencia, pero también lo expone a mayores escrutinios y exigencias por parte de la opinión pública.










