La amplia victoria del candidato ultraconservador José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile confirma un giro a la derecha en América Latina, en respuesta a una demanda de medidas de seguridad radicales y contra la migración irregular, con un modelo inspirado en el presidente salvadoreño Nayib Bukele y el expresidente estadounidense Donald Trump.
Kast, de 59 años, fue elegido el 14 de diciembre con un resultado contundente: 58% frente a 42% de su rival Jeannette Jara, candidata de una coalición de izquierda. Sucederá al izquierdista Gabriel Boric y será el mandatario más a la derecha en Chile desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.
Este giro a la derecha en la región se observa también en otros países. En Honduras, el conservador Nasry Asfura, respaldado por Trump, lleva una ligera ventaja sobre el otro candidato de derecha, Salvador Nasralla. En Bolivia, el centro derechista Évo Morales puso fin a 20 años de gobiernos socialistas. Y en Perú, el conservador José Jerí tomó las riendas del país con un discurso anticriminalidad y un estilo similar al de Bukele.
Antes de 2025, ya habían surgido en América Latina varios gobiernos de una derecha desinhibida, con el ultraliberal Javier Milei en Argentina a finales de 2023, Daniel Noboa en Ecuador ese mismo año y, antes que ellos, Jair Bolsonaro en Brasil (2019-2022).
Según el investigador Guillaume Long, del Centro de Estudios Económicos y Políticos (CEPR) con sede en Washington, "la izquierda no ha ganado ninguna elección presidencial este año" en la región. "Más que un giro ideológico, estamos viendo un patrón de rechazar gobiernos que no producen resultados", agregó Michael Shifter, del centro de pensamiento Diálogo Interamericano.
La victoria de Kast "refleja en gran medida ese desencanto con todas las agrupaciones políticas tradicionales en Chile y en América Latina", señaló Shifter. Carolina Urrego Sandoval, experta en relaciones internacionales de la Universidad de Los Andes en Bogotá, estimó que la popularidad de Kast se inscribe en un movimiento más amplio de éxito de los discursos sobre la seguridad y de los "enemigos internos".
Kast centró su campaña en la promesa de combatir la inseguridad y la inmigración ilegal, prometiendo restaurar el orden frente al "caos", en uno de los países más seguros de la región. Siguió el modelo de Bukele, quien se volvió popular en la región por bajar las tasas de homicidio en El Salvador, aunque es criticado por los defensores de derechos humanos que denuncian abusos.
En el plano geopolítico, la extrema derecha en Chile podría reforzar el retorno del intervencionismo estadounidense en América Latina, según Guillaume Long. Sin embargo, las perspectivas de colaboración son más limitadas "en lo que más le importa a Trump: alejar a los países latinoamericanos de China, especialmente en sus relaciones de inversión y comerciales".
Este martes, Kast será recibido por Milei en Argentina, en su primera visita al extranjero como presidente electo.












