El Congreso de la Unión aprobó recientemente una reforma a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, con el objetivo de incrementar los aranceles de importación para aquellas importaciones provenientes de países con los que México no tiene acuerdos comerciales. Esta medida, impulsada por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, busca proteger el empleo de miles de mexicanos en industrias como la del vestido, calzado, acero y automotriz.
Según el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, de no haberse aprobado esta reforma, se habrían perdido 350,000 empleos al cierre de 2026 debido al ritmo de crecimiento de las importaciones de los bienes afectados. Sin embargo, el autor del artículo, el economista Gerardo Flores Ramírez, advierte que se debe analizar cuidadosamente cómo se comportará el comercio exterior de México a partir de la entrada en vigor de los incrementos arancelarios, y cómo se verá afectado el empleo, ya que en el caso de Estados Unidos, los mayores aranceles no han frenado el crecimiento de las importaciones ni se han traducido en mejoras significativas en los niveles de empleo.
Flores Ramírez señala que, bajo un escenario en el que las importaciones continúen su ritmo de crecimiento a pesar de los mayores aranceles, se podría perder en México tanto a nivel de consumidores como de empresas y trabajadores. Por lo tanto, considera importante que el gobierno y el equipo económico analicen a fondo las posibles consecuencias de esta reforma arancelaria antes de que entre en vigor.











