El sol peruano se ha fortalecido cerca de 10% frente al dólar en lo que va del año, lo que a primera vista podría interpretarse como una señal alentadora en medio de años difíciles. Sin embargo, según el análisis del gerente de Renta Fija de Prima AFP, Carlo León, esta apreciación no se explica por una mejora interna, sino por un entorno externo excepcionalmente favorable.
León señala que desde el 2019, el Perú ha atravesado una "pandemia institucional" con la disolución del Congreso, la sucesión inusual de presidentes, protestas de gran escala y un avance preocupante del crimen y la informalidad. En ese contexto, la apreciación del sol es un "respiro", ya que importar es más barato, las deudas en dólares pesan menos y el tipo de cambio transmite una calma que otras variables del país no reflejan.
Sin embargo, el experto advierte que esta situación no se debe a una mejora interna, sino a factores externos como el fortalecimiento del cobre, principal producto de exportación del Perú, y el debilitamiento del dólar a nivel global. Estimaciones conservadoras sugieren que el tipo de cambio debería ubicarse entre 2.80 y 3.10 soles por dólar, incluso por debajo si se incorpora el repunte reciente del metal.
"No estamos ante un sol 'anómalamente fuerte'; estamos ante un contexto internacional excepcionalmente favorable", afirma León. Pero advierte que la estabilidad actual podría revertirse rápidamente si hay un cambio en el entorno externo o un episodio de desconfianza interna.
Por eso, León sostiene que el dólar barato no es un "premio", sino una "oportunidad" que solo se convertirá en un beneficio duradero si el país fortalece su institucionalidad, reduce la incertidumbre interna y construye confianza. De lo contrario, la solidez económica no será un "regalo del exterior", sino algo que se genera en casa.
