La provincia de Darién, en Panamá, se prepara para celebrar la Navidad con una serie de tradiciones religiosas y comunitarias que han perdurado a lo largo de los años. Según el obispo del Vicariato Apostólico de Darién, Monseñor Pedro Hernández, la fe es el pilar fundamental de estas festividades.
Previo a la Nochebuena, se realizan las tradicionales posadas en cada parroquia de la provincia. "Normalmente se hacen las posadas en las diferentes comunidades, y se visitan las casas ya designadas", explica el obispo. Luego, el 24 de diciembre, se lleva a cabo la misa del Gallo a las 9:00 p.m. en la Catedral, y el 25 de diciembre, la misa se celebra en la tarde, a las 6:00 p.m.
Después de la misa de Nochebuena, las familias suelen regresar a sus hogares para compartir en comunidad. "En los pueblos más concurridos, las personas esperan las 12 de la noche con la quema de cohetes y la comida; en otros lugares se cena después de la misa, que es transmitida por radio", detalla el padre.
Una tradición que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo es la búsqueda del Niño Dios. Según Dalila Mosquera, presidenta de la Cámara de Comercio de Darién, en el pasado, una sola persona sabía dónde estaba escondido el Niño Dios, y a la medianoche, lo paseaba por todo el pueblo mientras se hacían tres detonaciones con un cañón.
"En mis tiempos, se había perdido el Niño Dios, y todo el pueblo lo buscaba en todas las casas. Una sola persona sabía dónde estaba escondido y, a la medianoche, aparecía y se paseaba por todo el pueblo con cánticos. Se hacían tres detonaciones con el cañón; y ya todos sabíamos que el Niño Dios había nacido", comenta Mosquera.
A pesar de los cambios, la celebración de la Navidad en Darién sigue siendo una época de profunda fe y comunión, donde las tradiciones religiosas y comunitarias se entremezclan para crear un ambiente de calidez y espiritualidad.











