El periodista senior de investigación se sienta en una esquina de cualquier lugar del mundo y observa con atención a las personas que pasan a su alrededor. Lo que ve en sus rostros es impactante: tristeza, dolor, amargura, frustración, pero también felicidad, equilibrio, satisfacción y alegría. Es sorprendente cómo la actitud y el semblante de las personas pueden expresar lo que llevan por dentro.
Algunas personas parecen conformistas, como si el tiempo se hubiera detenido para ellas y solo se limitaran a ver pasar la vida sin ánimos de vivirla realmente. El autor se pregunta si estas personas han olvidado que solo observando el recorrido de otros, nunca alcanzarán las metas que se hayan trazado.
Si se observa de manera objetiva, el autor considera que no es complicado seguir adelante, pues normalmente somos nosotros mismos quienes, con actitudes irracionales, complicamos las cosas para luego decir que nada funciona y que todo sale mal. La vida es corta, y quizás no lleguemos a darnos cuenta cuando ya pasó a nuestro lado. Por eso, el autor invita a ser felices, a aprovechar cada oportunidad y experiencia que se presente, a disfrutarla al máximo, pues solo se vive una vez.
El texto hace un llamado a celebrar cada segundo con humildad, a seguir la luz que Dios y el universo han dispuesto para guiarnos por buenos caminos, a compartir la vida con alguien porque acompañados se llega más lejos, a sanar las heridas para que no dejen cicatrices que con el tiempo nos hagan daño, y a agradecer cada día por despertar, ver, oír, hablar, tocar y caminar con paso seguro hacia lo que queremos, deseamos y debemos hacer.
Finalmente, el autor se sorprende al ver a tantas personas que parecen derrotadas, tristes y sin aliento, como si su mundo se redujera cada día y quisieran que el final llegara pronto. Desea que todas las personas puedan ser felices, que no haya misterio en la vida de nadie, que puedan vivir con alegría, recibir caricias a través de una palabra, y que cada día llegue una gran dosis de amor para comprender lo bello y maravilloso que es estar vivos. Por eso, invita a vivir y no a esperar que la vida pase para empezar a hacerlo.












