Panamá ha recibido un reconocimiento de la UNESCO al incluir en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia a las juntas de embarre, el método ancestral para construir las casas de quincha. Sin embargo, este logro representa solo una pequeña parte de los verdaderos desafíos que enfrenta el país en materia cultural y educativa.
Si bien es positivo que se valore y preserve este legado patrimonial, el autor del texto señala que Panamá se ha enfocado demasiado en lo "inconcreto", en logros efímeros que llenan titulares pero no logran transformar verdaderamente la realidad cultural y económica del país. La pedagogía, entendida como la capacidad de enseñar, analizar y proponer soluciones, es una de las grandes ausentes.
En efecto, Panamá parece haberse conformado con ser "meros transmisores de hechos y noticias", sin ahondar en los procesos y problemas de fondo que aquejan a la sociedad. Mientras se celebra el reconocimiento de las juntas de embarre, persisten déficits estructurales en áreas como la educación y la infraestructura cultural.
Por ejemplo, se señala que la Biblioteca Nacional, declarada patrimonio histórico, necesita un edificio tan grande y bien equipado como el de la Ciudad de las Artes. Esto evidencia que el país no ha logrado materializar en acciones concretas el supuesto orgullo por su patrimonio cultural.
El autor advierte que Panamá se ha construido "una fantasía de barro que no soportará los envites del tiempo". Es decir, se ha enfocado en preservar lo inmaterial, lo simbólico, sin hacer los esfuerzos necesarios para fortalecer la cultura viva, la educación y el desarrollo intelectual de la sociedad.
En conclusión, si bien el reconocimiento de la UNESCO es un logro que merece ser celebrado, Panamá debe aprovechar esta oportunidad para repensar sus prioridades y enfocar sus esfuerzos en áreas fundamentales como la pedagogía, la infraestructura cultural y el fomento de una cultura intelectual y creativa que trascienda los titulares efímeros. Solo así podrá construir un desarrollo cultural sostenible y acorde a sus verdaderas necesidades.
