En un hecho que ha conmocionado a Australia, medios locales han identificado a Sajid Akram, de 50 años, y a su hijo Naveed Akram, de 24, como los presuntos perpetradores de la masacre ocurrida en la playa Bondi de Sídney, en la que murieron 15 personas.
Según detalló el primer ministro australiano, Anthony Albanese, los Akram habrían actuado bajo una ideología extremista. Si bien las autoridades aún no han revelado formalmente sus nombres, sí han proporcionado algunos detalles sobre ellos.
El joven Naveed Akram nació en Australia, mientras que su padre, Sajid, emigró al país en 1998. Este último falleció en el tiroteo con la policía en el lugar de los hechos, mientras que el hijo se encuentra hospitalizado y enfrentará cargos penales.
En el vehículo que utilizaron para llegar a Bondi, la policía encontró una bandera asociada al Estado Islámico y varios artefactos explosivos improvisados. Además, una visita reciente de los Akram a Filipinas, donde tiene presencia el Estado Islámico de Asia Oriental, aumentó las sospechas sobre una posible radicalización.
Las autoridades descartaron la existencia de un tercer implicado y señalaron que no hay evidencias de que los atacantes formaran parte de una célula organizada. Sin embargo, se reveló que Sajid Akram contaba con una licencia de armas de fuego desde 2015, y tras los ataques se incautaron seis armas de su propiedad.
El comisionado de policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, indicó que la investigación será exhaustiva y pidió evitar especulaciones, ya que "saben muy poco sobre ellos". Por ahora, el caso sigue en desarrollo, mientras Australia intenta comprender cómo dos hombres de la misma familia pudieron llevar a cabo una atrocidad de tal magnitud.












