La investigadora Yolanda Morató ha completado la trilogía de los 'Diarios de la Segunda Guerra Mundial' del periodista Manuel Chaves Nogales con un volumen que incluye unos 250 artículos inéditos correspondientes al período 1942-1944, que no figuraban en las obras completas del autor.
Chaves Nogales, considerado el gran periodista español del siglo XX, había dejado un vacío en sus últimos años en el exilio, tras huir de España por la Guerra Civil. La labor investigadora de Morató, vinculada a Chaves Nogales desde hace más de veinte años, ha permitido publicar en los tres volúmenes más de 600 escritos inéditos del periodista.
En este tercer volumen, Chaves Nogales escribe sobre la resistencia en Londres, los bombardeos de la capital británica, el papel de las mujeres en Europa, los avatares de la batalla de Stalingrado, el frente norteafricano o la suerte de una Italia ya amenazada por los aliados. Además, fue testigo directo en el verano de 1943 del ensayo que los aliados hicieron del desembarco de Normandía, un episodio que se mantuvo en silencio.
Poco antes de morir a consecuencia de las complicaciones por una operación de peritonitis, Chaves Nogales confesó a su compañero Antonio Soto que, después de muchos años esperando ver la derrota del fascismo, no iba poder verla. "Es horrible -dijo-. Llevo ocho años esperando ver cómo vencen al fascismo y me voy a morir precisamente en el momento en el que los Aliados van a invadir Europa, liberándola de sus opresores".
Según la editora Yolanda Morató, los artículos de Chaves Nogales lo sitúan "como un avanzado a su tiempo en un contexto plurinacional", y vaticina que "esa será la España que tiene que llegar, consciente de que vive en el exilio en una ciudad en la que conviven miembros de la Casa Catalana, de la Casa Vasca, monárquicos, y anarquistas".
La investigadora también ha incluido en este volumen un apéndice con la reconstrucción que Chaves estaba haciendo para un libro, un dato que conoció en uno de los 25 obituarios que encontró sobre el periodista: "Me di cuenta de que el libro no era una especie de recopilación de vidas de compañeros, sino un estudio de figuras exiliadas de las que él se sentía parte".












