La tensión entre Venezuela y Estados Unidos se ha intensificado en los últimos días, luego de que el presidente Nicolás Maduro advirtiera que su país vive "la mayor amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años" y que si su país fuera agredido "pasaríamos inmediatamente a la lucha armada".
Estas declaraciones se dan en medio de un despliegue naval sin precedentes de Estados Unidos en el mar Caribe, con siete embarcaciones de guerra, un submarino y aviones de vigilancia, que según la Casa Blanca tienen como objetivo luchar contra el narcotráfico.
Maduro acusó directamente al senador republicano Marco Rubio de estar detrás de estos esfuerzos para provocar un cambio político en Venezuela, y lo calificó como "el señor de la guerra" que quiere manchar las manos de Trump con "sangre venezolana".
La tensión entre ambos países comenzó a escalar el 25 de julio, cuando Estados Unidos designó como organización terrorista al Cártel de los Soles, que según Washington está dirigido por Maduro, generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y altos funcionarios chavistas.
Posteriormente, el 7 de agosto, Estados Unidos duplicó la recompensa por la captura de Maduro, llegando a los 50 millones de dólares, y la fiscal general Pam Bondi lo acusó de ser "uno de los mayores narcotraficantes del mundo".
Según el analista internacional Francisco Belaunde Matossian, la retórica belicista de Maduro podría estar buscando impresionar a los estadounidenses y generar cohesión interna, pero no cree que Estados Unidos se asuste por lo que diga el mandatario venezolano.
Por su parte, el investigador Andrés Cañizález, de la Universidad Católica Andrés Bello, indicó que el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe es más una "operación psicológica a gran escala" que busca quebrar el apoyo a Maduro, y que no está claro que el chavismo pueda responder militarmente.
La comparación de las fuerzas militares de ambos países muestra una enorme brecha. Mientras Venezuela ocupa el puesto 50 a nivel mundial, con entre 120.000 y 150.000 efectivos activos, Estados Unidos es la potencia militar número uno, con 1,35 millones de militares en servicio activo y un presupuesto de defensa casi 300 veces mayor.












