La comunidad universitaria de Brown está conmocionada y en shock tras el tiroteo ocurrido el sábado en el campus, que dejó un saldo de dos estudiantes muertos y nueve heridos. La policía detuvo a un hombre de unos 20 años como sospechoso del ataque, que se produjo mientras los alumnos realizaban sus exámenes finales.
El alcalde de Providence, Brett Smiley, informó que las medidas de confinamiento impuestas en la universidad fueron levantadas tras el arresto del presunto responsable. Según el coronel de policía Oscar Pérez, por el momento no se busca a nadie más en relación con el ataque.
De los nueve heridos, uno se encuentra en estado crítico, siete están estables y uno ya fue dado de alta. Joseph Oduro, un asistente docente que estaba presente en el aula cuando ocurrió el tiroteo, relató a CNN cómo el sospechoso "entró, apuntó con su arma y gritó algo" antes de abrir fuego.
La policía difundió un video de 10 segundos en el que se ve al presunto tirador caminando a paso rápido por una calle desierta, vestido de oscuro y con una máscara de camuflaje gris.
La presidenta de la Universidad de Brown, Christina Paxson, confirmó que todas las víctimas son estudiantes de la institución. Los exámenes finales programados para el domingo fueron pospuestos.
Este tiroteo se suma a la larga lista de ataques a centros educativos en Estados Unidos, un flagelo que los sucesivos gobiernos no han logrado contener hasta ahora. Según el Archivo de Violencia con Armas, se han registrado más de 300 tiroteos masivos en el país desde principios de año.
Durante un evento en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos. Sin embargo, los intentos de restringir el acceso a armas de fuego en el país siguen enfrentando un bloqueo político.
La Universidad de Brown, una de las más prestigiosas del país, se encuentra cerca de Boston y tiene alrededor de 11.000 estudiantes. Este nuevo episodio de violencia con armas ha conmocionado a toda la comunidad universitaria y reaviva el debate sobre la necesidad de tomar medidas efectivas para poner fin a esta epidemia que azota a Estados Unidos.











