José Antonio Kast, candidato de la ultraderecha, se impuso de manera contundente en las elecciones presidenciales de Chile celebradas este domingo. Con un 59,1% de los votos, Kast se alzó como el nuevo presidente electo del país andino, dejando atrás a su rival de izquierda, Gabriel Boric.
En su primer discurso tras conocerse los resultados, Kast se comprometió a ser "el presidente de todos, sin excepción", y aseguró que "va a haber un cambio real" en Chile durante su mandato. El triunfo del candidato ultraconservador supone un giro radical en la política chilena, que en los últimos años había experimentado un importante avance de las fuerzas progresistas.
La victoria de Kast se produce en un contexto de profunda polarización en Chile, marcado por las masivas protestas sociales de 2019 y la redacción de una nueva Constitución. El candidato de ultraderecha ha prometido revertir algunas de las principales reformas impulsadas por el gobierno saliente, como el proceso constituyente.
Durante su campaña, Kast se posicionó en contra del aborto, a favor de una mayor presencia de la religión en la esfera pública y de políticas migratorias restrictivas. Su triunfo ha generado preocupación entre los defensores de los derechos humanos y las minorías, que temen un retroceso en materias como igualdad de género y reconocimiento de los pueblos indígenas.
No obstante, Kast ha tratado de moderar su discurso en las últimas semanas, tratando de proyectar una imagen más conciliadora y de unidad nacional. En su discurso, el presidente electo se comprometió a "escuchar a todos" y a trabajar por "el bien común" de los chilenos.
El triunfo de Kast supone un duro revés para la izquierda chilena, que había visto con esperanza la posibilidad de continuar el proceso de cambios impulsado por el gobierno de Sebastián Piñera. Sin embargo, la polarización y el descontento social parecen haber jugado a favor del candidato ultraconservador.
