Un nuevo hecho de violencia sacude a la ciudad de Lima. El domingo 14 de diciembre, un presunto sicario asesinó a tiros a un conductor en las afueras de la estación Bayóvar de la Línea 1 del Metro de Lima, en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Según la información policial, la víctima, identificada como Joel Segundo González, se desplazaba en su vehículo por la avenida Wiesse cuando fue interceptado por dos sujetos a bordo de una miniván amarilla. Los atacantes le cerraron el paso y le dispararon en repetidas ocasiones, causándole la muerte.
Las cámaras de seguridad registraron el intento de fuga de uno de los presuntos sicarios, identificado como Jhon Rojas Rivera (24). Tras una persecución, el sospechoso fue detenido por miembros del serenazgo y la Policía Nacional, luego de que intentara huir a bordo de un mototaxi y posteriormente a pie.
Según las autoridades, el detenido alegó inicialmente que actuó en respuesta a una presunta agresión sexual a su hermana ocurrida hace una década en Venezuela. Sin embargo, esta versión fue descartada por la pareja del conductor fallecido, quien señaló que se trataría de una venganza por una conducta criminal en agravio de un familiar del sospechoso.
El crimen ocurrió a plena luz del día, en presencia de varios testigos y transeúntes, quienes intentaron detener al sospechoso. Tras la captura, algunos vecinos mostraron su indignación y agredieron al detenido, quien terminó tendido en el suelo.
El conductor fallecido, Joel Segundo González, fue trasladado al hospital de Canto Grande junto con su acompañante, una mujer que intentó auxiliarlo. Lamentablemente, los esfuerzos por salvar su vida fueron en vano.
Este nuevo hecho de violencia evidencia la grave situación de inseguridad que vive la capital peruana, donde los ataques a mano armada y los ajustes de cuentas se han convertido en una lamentable realidad cotidiana. Las autoridades deben redoblar esfuerzos para combatir la delincuencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos.









