La tragedia de Carlos Alberto Palma Murillo, de 70 años, no terminó con su muerte. Después de que el adulto mayor fuera atropellado y falleciera en un accidente de tránsito en Guayaquil, sus familiares desaparecieron sin hacerse cargo del cuerpo.
Según relató Katty Mejía, trabajadora de una funeraria que prestó los servicios exequiales, luego de retirar el cadáver del hospital, los familiares dejaron de responder llamadas y mensajes, dejándola con el cuerpo en descomposición y sin poder proceder con los trámites de sepultura.
"Llevo tres días intentando contactarlos. Si los llamo, me cierran la llamada; si les escribo, me bloquean. Desde cualquier número no contestan. No sé qué hacer con el cadáver. El cuerpo comenzó a descomponerse y tuvimos que cerrar la funeraria. Los vecinos empezaron a quejarse por el mal olor", detalló Mejía.
Finalmente, la trabajadora de la funeraria tuvo que sacar el cuerpo de sus instalaciones y trasladarlo a un frigorífico en un cementerio, asumiendo todos los gastos, ya que los familiares de Carlos Alberto simplemente desaparecieron.
El trágico suceso ocurrió el pasado 7 de diciembre, cuando el adulto mayor fue atropellado en las calles Asisclo Garay y Pedro Pablo Gómez, en el suroeste de Guayaquil. Tras ser trasladado a un centro de salud, llegó sin signos vitales.
Luego de la denuncia presentada en la Fiscalía, se inició el proceso para retirar el cuerpo de la morgue y trasladarlo al Laboratorio de Criminalística. Sin embargo, cuando los familiares acudieron al hospital para los trámites, posteriormente desaparecieron sin hacerse cargo del cadáver.
Esta lamentable situación ha dejado a la funeraria con la responsabilidad de dar sepultura al cuerpo de Carlos Alberto, mientras que sus familiares parecen haber abandonado por completo el caso. Las autoridades investigan los motivos detrás de esta extraña desaparición.
