José Antonio Kast, el candidato de extrema derecha, se impuso con un contundente 58% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile, derrotando a la candidata de izquierda moderada Jeannette Jara, quien obtuvo el 41% de los sufragios.
La victoria de Kast, un abogado ultraconservador de 59 años y padre de nueve hijos, representa un giro radical en la política chilena, después de cuatro años de gobierno del izquierdista Gabriel Boric. El nuevo presidente electo promete deportar a casi 340.000 migrantes sin papeles, en su mayoría venezolanos, y endurecer la lucha contra la delincuencia, que según él ha convertido a Chile en un "Estado fallido".
Kast, quien en el pasado apoyó a la dictadura de Augusto Pinochet, evitó hablar de este tema y de otros polémicos, como su oposición al aborto, durante la campaña, centrándose en las preocupaciones de los chilenos por la inseguridad y la crisis económica. Su discurso de "ley y orden" y su promesa de "reforzar el país con trabajo" resonaron entre un electorado cansado del "desgaste" del gobierno anterior.
La victoria de Kast, sin embargo, no le da un "mandato súper fuerte" para imponer su agenda, según el analista político Robert Funk, ya que una parte importante de sus votantes lo eligieron por temor a la candidata de izquierda. El nuevo presidente deberá gobernar en un contexto de profunda polarización política y social en Chile.












