Los piojos son un problema común que afecta principalmente a niños en edad escolar, pero que puede presentarse en cualquier persona, independientemente de su nivel de higiene. Entender cómo viven, cómo se transmiten y cómo eliminarlos es clave para enfrentar este problema sin estigmas.
Según especialistas, los piojos son insectos parásitos que se alimentan de sangre humana. Existen tres tipos principales: piojos de la cabeza, del cuerpo y del púbico, y todos requieren del contacto humano para sobrevivir.
La transmisión ocurre principalmente por el contacto directo entre cabezas, una situación común entre niños que conviven en escuelas y guarderías. Compartir objetos personales como peines, gorras o audífonos también puede facilitar el contagio, aunque este mecanismo es menos frecuente.
El ciclo vital de los piojos tiene tres etapas: huevo o liendre, ninfa y adulto. Las liendres se adhieren firmemente a la base del cabello y eclosionan entre seis y nueve días después. Las ninfas maduran en un periodo de nueve a 12 días, y los adultos viven entre tres y cuatro semanas, durante los cuales una hembra puede poner entre seis y diez huevos al día.
El síntoma más frecuente es la picazón en el cuero cabelludo, cuello y orejas, causada por una reacción alérgica a las picaduras. El rascado constante puede provocar heridas o infecciones secundarias.
El tratamiento consiste en el uso de productos específicos, disponibles sin receta o bajo prescripción médica, diseñados para eliminar tanto a los piojos adultos como a sus huevos. También es fundamental el uso de un peine de púas finas para retirar las liendres del cabello, y lavar la ropa de cama, prendas y objetos personales utilizados en las últimas 48 horas para evitar una reinfestación.
La prevención resulta complicada en entornos donde los niños tienen contacto cercano, pero Mayo Clinic sugiere no compartir objetos personales y colgar la ropa en ganchos separados cuando sea posible.
Es importante destacar que los piojos no se transmiten por mascotas y que, si bien los piojos de la cabeza no transmiten enfermedades, los piojos del cuerpo pueden actuar como vectores de infecciones como la fiebre recurrente y la fiebre de las trincheras, especialmente en contextos de hacinamiento y mala higiene.
Comprender la relación entre los piojos y los seres humanos permite enfrentar este problema con información clara, decisiones prácticas y sin prejuicios.
