El ultraderechista José Antonio Kast se ha perfilado como el próximo presidente de Chile tras obtener una amplia victoria sobre la candidata de la izquierda, Jeannette Jara, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas este domingo.
Más de 15,6 millones de chilenos fueron convocados a las urnas para elegir al sucesor del progresista Gabriel Boric. Según los primeros resultados, Kast, líder del Partido Republicano, habría obtenido una cómoda victoria con más del 50% de los votos, frente al 26,9% que logró Jara en la primera vuelta.
La jornada electoral transcurrió con normalidad, con la apertura de 3.379 locales de votación y 40.473 mesas electorales a lo largo del país. Analistas y sondeos publicados antes de la votación ya señalaban a Kast como claro favorito, pese a que Jara había quedado primera en la primera vuelta con un 26,9% de los sufragios.
Kast, un católico ultraconservador y padre de nueve hijos, se perfila como el primer presidente en llegar al poder en Chile que hizo campaña a favor de la continuidad del general Augusto Pinochet y su régimen dictatorial. A lo largo de su campaña, el candidato republicano ha basado su discurso únicamente en temas de seguridad y migración, evitando pronunciarse sobre sus posturas ultraconservadoras en materia de libertades individuales.
Por su parte, Jara, la candidata única de una amplia coalición progresista que incluye desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana, ha intentado desmarcarse de la impopularidad del gobierno de Boric y luchar contra un arraigado anticomunismo en el país. Sin embargo, no ha logrado hacer crecer significativamente su base electoral.
El nuevo presidente tendrá que gobernar con un Parlamento dividido, donde el bloque de derecha y ultraderecha está a solo dos diputados de la mayoría. Los votos del populista Partido de la Gente serán clave para la conformación de la nueva mayoría parlamentaria.
Desde 2006, el poder en Chile se ha alternado entre la izquierda y la derecha, sin que ningún presidente haya entregado la banda presidencial a un sucesor del mismo signo político. La victoria de Kast supone un giro radical en la trayectoria política del país, con la llegada al poder de la extrema derecha por primera vez desde el retorno a la democracia.











