Hace veinte años, en su paso por la diplomacia bolivariana, un experto salía de sus encuentros con la "Venezuelan Desk" de Roger Noriega con la incómoda impresión de que esa gente no entendía a Venezuela y tampoco tenía interés en intentarlo. ¿Para qué, si los viejos moldes de la Guerra Fría seguían intactos? Caudillo tropical, masas crédulas, la eterna receta.
Este relato del exdiplomático, publicado en el medio Confidencial, revela una mirada crítica sobre la forma en que Estados Unidos ha abordado la situación en Venezuela durante las últimas décadas. A través de su experiencia, el autor describe cómo desde Washington persiste una visión simplista y desconectada de la realidad venezolana, anclada en viejos paradigmas geopolíticos.
La "Doctrina Trumproe", como la denomina el autor, hace referencia a la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela durante la administración del expresidente Donald Trump. Según el exdiplomático, esta doctrina se caracteriza por un enfoque unilateral, basado en sanciones y presión, que ha profundizado la crisis en lugar de resolverla.
"La receta sigue siendo la misma: caudillo tropical, masas crédulas. Nada ha cambiado en veinte años", lamenta el autor, quien considera que esta mirada sesgada impide a Washington comprender la complejidad del conflicto y encontrar soluciones duraderas.
El texto resalta cómo la "Venezuelan Desk" de Noriega, en el Departamento de Estado, ha mantenido una postura rígida y desconectada de la realidad venezolana. Incluso en momentos de cambio y transición, como la salida de Hugo Chávez y la llegada de Nicolás Maduro, la visión desde Estados Unidos habría permanecido anclada en los viejos esquemas de la Guerra Fría.
Esta crítica a la política exterior estadounidense hacia Venezuela se enmarca en un contexto de creciente tensión y polarización en la región. Mientras algunos países latinoamericanos han buscado un acercamiento y diálogo con el gobierno de Maduro, Washington ha mantenido una postura de confrontación, imponiendo sanciones y presionando por un cambio de régimen.
Para el exdiplomático, esta rigidez y falta de comprensión de la realidad venezolana por parte de Estados Unidos ha contribuido a profundizar la crisis y a dificultar la búsqueda de soluciones políticas. En su opinión, es necesario que Washington adopte un enfoque más flexible y dispuesto al diálogo, que permita entender la complejidad del conflicto y encontrar vías de salida.
